miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿CÓMO SOMATIZAMOS?


.   Breve descripción apoyándote en un ejemplo de la dinámica del proceso de enfermar.

Mujer de 30 años, que hace 4 años perdió a su padre por enfermedad. Durante un año y medio llora todos los días sola por la noche, pero evita hablar con nadie de como se siente. Quiere evitarle sufrimiento a su madre y a su hijo de 3 años.

Al año y medio de la muerte del padre deja de llorar y vuelve a su rutina de manera aparentemente normal. Pero al poco tiempo empiezan vértigos, que le incapacitan para trabajar. Se ha producido un desplazamiento de la tristeza de la pérdida hacia la zona del occipucio-temporal. Se queja de que ya no puede llorar, y sigue evitando hablar de su padre a su madre. Cuando su madre va de visita a su casa, ella da la vuelta a un marco de fotos donde aparece su padre con su hijo.

La paciente acude a un fisioterapeuta que le elimina la tensión cráneo-cervical, le disminuyen los vértigos, pero estos vuelven al pasar unos meses. Hace 2 semanas, se ha quedado sin voz. Los médicos le han valorado, pero no le han encontrado ninguna causa orgánica. Este proceso es una simbolización, similar a una conversión, donde el evitar hablar de su padre y expresar sus sentimientos le ha dejado sin voz. Además, el síntoma de los vértigos se ha desplazado a la pérdida de voz. Este proceso es la emigración donde el primer trastorno somático de los vértigos, ha pasado a ser una pérdida de voz.

Hace 2 días ha vuelto a llorar. Se encuentra triste, apática, añora mucho a su padre. Pero sigue sin poder hablar a su madre de su padre. Su médico de cabecera le ha recetado antidepresivos, le ha diagnosticado de depresión mayor. Han desaparecido los síntomas somáticos y ha aparecido la enfermedad psicológica que estaba en el fondo del problema. Se ha producido el fenómeno de sustitución de la patología somática por la patología psicológica.

 

      Principales características de un paciente somatizador/a.

Las características que presentan los pacientes somatizadores pueden resumirse de la siguiente manera:

·         El paciente presenta una lesión orgánica o disfunción, perfectamente detectable por las técnicas exploratorias y diagnósticas que posee la medicina actual.

·         La tendencia en estos pacientes es presentar dificultad en la externalización de los conflictos afectivos por medio del lenguaje verbal, y a otros niveles, la vivencia del sentimiento de enfermedad o consciencia de la enfermedad psíquica.

·         Poseen relaciones afectivas pobres. Con frecuencia son personas que se encuentran hiperadaptadas en su medio, presentando una aparente normalidad psíquica.

·         Con frecuencia encontramos en estos pacientes un carácter desvinculante de la realidad, lo que supone huidas de determinadas zonas de la realidad, negaciones, manipulaciones y distorsión de sus materiales biográficos y aceptación de racionalizaciones que la realidad les contradice brutalmente (mecanismos de defensa propios de los cuadros de tipo neurótico).

·         Su pensamiento se caracteriza por ser operativo, pragmático y carente de subjetividad. Tienen dificultad para soñar e imaginar.

·         Tanto en los tratamientos médicos como en las psicoterapias, estos pacientes suelen ser muy resistentes.

·         Son personas que puntúan alto en Alexitimia; dificultad para identificar y describir emociones, sentimientos y afectos.

En definitiva, podemos definir a los pacientes somatizadores como un amplio grupo de enfermos, con disturbios orgánicos y crónicos, claramente evidenciables por la Medicina Interna, que portan de manera más o menos manifiesta una personalidad básica neurótica, cuyos disturbios orgánicos pueden ponerse en relación cronológica, biográfica o existencial con la evolución dinámica de la neurosis, siendo la respuesta a nuestra práctica de la psicoterapia con ellos de peor calidad que la ofrecida en el tratamiento de las neurosis convencionales.

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