sábado, 30 de marzo de 2013

ENFERMEDADES RARAS Y APOYO PSICOLÓGICO


¿Qué  son las enfermedades raras?

La Unión Europea define como enfermedad rara aquella que tiene una prevalencia de menos de 5 casos por 10000 habitantes, lo que equivale a un 6-8% de la población europea. Esto se traduce en aproximadamente 29 millones de afectados en Europa y de 3 millones en España.

El término “enfermedades raras” se introdujo en la década de los 70 del siglo XX. Se puso atención en enfermedades cuya prevalencia era baja, sobre todo enfermedades metabólicas hereditarias. Las enfermedades raras son poco investigadas porque no resultan beneficiosas a nivel económico para las grandes farmacéuticas. Por tanto, las enfermedades raras además de ser un problema de salud son también un problema social, por los bajos recursos sanitarios que tienen.

Las personas que padecen enfermedades raras, debido a su carácter minoritario, tienen una serie de características comunes que haga que las agrupemos como un colectivo social. Deben ser tratadas con todos los recursos posibles (que suelen ser escasos), y ayuda psicológica precisa. La mayoría de estas enfermedades son trastornos crónicos, graves, que aparecen en edades tempranas de la vida y la edad adulta.

El apoyo debe ser multidisciplinar, y debe ser abordado tanto el enfermo como sus familiares, sobre todo los principales cuidadores.

Como decíamos antes, casi no hay investigación sobre las enfermedades raras, porque no resulta rentable. Además, los diferentes investigadores no colaboran entre sí compartiendo sus hallazgos, lo que hace que los descubrimientos de la fisiología de la enfermedad y recursos para mejorarla vayan muy despacio. Algunas de las cuestiones sobre las que las asociaciones reclaman atención son: la dificultad para un diagnóstico precoz, la falta de atención multidisciplinar, escasez de información y de apoyo en el momento del diagnóstico,… Estos son ámbitos, donde el psicólogo debe estar presente.

A pesar de constituir un grupo muy heterogéneo, las enfermedades raras comparten algunas características:

·         En general, son enfermedades hereditarias que habitualmente se inician en la enfermedad pediátrica.

·         Tienen carácter crónico, en muchas ocasiones progresivo, contando con una elevada morbilidad y mortalidad y alto grado de discapacidad.

·         Son de gran complejidad etiológica, diagnóstica y pronóstico.

·         Requieren un manejo y seguimiento multidisciplinar.

 

 

 

Intervención psicológica con pacientes con enfermedad rara y familiares.

Estas enfermedades deben ser abordadas desde un equipo multidisciplinar, entre los cuales debe estar la figura del psicólogo. Se debe estudiar cada enfermedad rara en particular, para saber la evolución del sujeto y a lo que se va a enfrentar.

El psicólogo debe desarrollar empatía respecto al enfermo, pero sin llegar a confundirla con la compasión o la pena. A nadie le gusta que sientan pena por ellos, les hace sentirse más desdichados. Se debe trabajar las pérdidas paulatinas ocasionadas por la enfermedad.

La terapia con los familiares, sobre todo con los principales cuidadores, es muy importante. Para unos padres es muy duro ver cómo un niño pequeño tiene una enfermedad, y de forma progresiva deja de hablar, de andar, de ver,… Es algo intolerante para cualquier psiquismo humano. En los cuidadores surgen muchos sentimientos enfrentados, tales como la culpa, la rabia hacia sí mismos y hacia el personal médico, la impotencia, la desesperación, la tristeza, etc, y siempre con un importante sentimiento de incertidumbre (evolución de la enfermedad, esperanza de aparición de medicación nueva,…).

El psicólogo debe realizar una importante labor de contención emocional y acompañamiento terapéutico con los familiares y los pacientes. Muchos, intentarán mostrarse “fuertes” delante del enfermo, pero pueden estar destrozados emocionalmente. Habrá que ayudarles a expresar y canalizar sus sentimientos, porque si no pueden enfermar psicológica o psicosomáticamente.

Es fundamental fomentar la investigación, porque es la vía de encontrar una curación parcial o total a estas enfermedades.

La atención psicológica a los enfermos es fundamental. Las enfermedades raras han sido marginadas, por no ser rentables. Esto puede hacer sentir a estos enfermos como aislados y marginados de la sociedad.

 

Lorenzo´s oil.

Las enfermedades raras tienen una prevalencia baja, y por eso las grandes farmacéuticas no emplean dinero en su investigación, porque no salen rentables. Además, el mundo de la ciencia es muy competitivo. Dos o más investigadores pueden estar trabajando sobre la misma enfermedad pero no comparten sus hallazgos, porque quieren descubrir la cura de la enfermedad antes que los demás, y llevarse los honores. Esto hace que los enfermos de enfermedades raras y sus familiares se encuentren aislados y sin recursos, olvidados por la sociedad, por no ser “rentables económicamente”.

Lo anterior dicho, se puede observar en la película “Lorenzo´s oil” (“El aceite de la vida”), basada en una historia real. Lorenzo es un niño de 5 años que padece leucodistrofia. No hay cura para esta enfermedad, y su evolución es gravísima, avanzando hacia la pérdida de la deambulación, del habla, ceguera cortical,… Es una enfermedad hereditaria por parte de la madre, en la que el niño no puede metabolizar los ácidos grasos de cadena larga, y éstos van destruyendo la mielina del sistema nervioso. El único tratamiento en ese momento es una dieta baja en grasas. Los padres empiezan una encarnizada lucha para buscar una cura para su hijo, y llegan a descubrir las bases fisiológicas de la enfermedad, reunir a los científicos de mayor renombre que están trabajando en la leucodistrofia, conseguir un aceite de oliva y colza que frena la enfermedad en los casos en los que aún no ha empezado. La desesperanza de los padres por no encontrar un apoyo, la poca información recibida, la grave evolución de su hijo, se observa a lo largo de toda la película. La relación de dependencia que se establece entre madre-hijo, la incapacidad para separarse de él, el sufrimiento por perderle, por verle padecer una enfermedad tan destructiva,… Todo ello, sin ningún apoyo emocional. La “Asociación de familiares con leucodistrofia” sólo les enseñaba los cuidados básicos de sus hijos (alimentación, aspiración de la mucosidad, tratamiento postural,…), y les facilitaba una dieta baja en grasas. Pero el apoyo emocional, de ayudar a expresar y canalizar todos los sentimientos, a trabajar la contención emocional, están totalmente olvidados.

El tratamiento de los enfermos y sus familiares debe ser multidisciplinar. Deben organizarse en asociaciones fuertes de presión, que trabajen por un fomento a la investigación, a los symposium de científicos para que expongan sus descubrimientos, y a grupos de apoyo emocional para que expresen sus sentimientos y les ayude a continuar, en la experiencia tan terrible que les ha tocado.

El padre de Lorenzo decía: “Sólo si conseguimos averiguar algo sobre la enfermedad de Lorenzo, lograremos dar sentido a su enfermedad y a su existencia”.

viernes, 29 de marzo de 2013

TRATAMIENTO DE TRASTORNOS DE SUEÑO


Tipos de trastornos del sueño.

El DSM-IV divide los trastornos del sueño en:

·         Trastornos del sueño.

·         Trastornos del sueño relacionados con otro trastorno mental.

A su vez, los trastornos del sueño se dividen en dos tipos:

a.      Disomnias: son trastornos  del sueño con alteraciones en la cantidad, calidad o el momento de dormir. Dentro de las disomnias hay los siguientes cuadros:

·         Insomnio primario: dificultad para iniciar o mantener el sueño. Sueño inferior a 6 horas diarias, durante al menos 1 mes.

·         Hipersomnia primaria: sueño excesivo, somnolencia diurna.

·         Narcolepsia: enfermedad del SNC que se caracteriza por catalepsia, alucinaciones hipnagógicas o hipnopómpicas, parálisis del sueño.

·         Trastorno del sueño relacionado con la respiración, como la apnea de sueño. En la apnea del sueño aparecen episodios repetitivos de obstrucción de las vías superiores, que producen despertares frecuentes y un sueño no reparador, con somnolencia diurna.

·         Trastorno del ritmo circadiano. Puede ser síndrome de la fase de sueño retrasada (se duermen muy tarde y se levantan tarde), o síndrome de la fase de sueño avanzada (se acuestan y se levantan muy temprano).

·         Disomnia no especificada. Hay un trastorno de sueño en la cantidad, calidad o en el momento de dormir, pero no se puede incluir dentro de los anteriores cuadros.

b.      Parasomnias: se caracterizan por la presencia de conductas anormales asociadas al sueño. En los niños forman parte de su desarrollo, pero si persisten en la edad adulta puede estar relacionado con patología. Las parasomnias pueden ser:

·         Pesadillas. Son sueños desagradables que aparecen en la 2ª mitad de la noche, durante el sueño MOR. Sí se acuerda de la pesadilla.

·         Terrores nocturnos. El niño se despierta gritando, sudando,… en el primer tercio de la noche. Se debe tranquilizar al niño, sin despertarle. Posteriormente, no se acuerda del suceso.

·         Sonambulismo. La persona deambula estando dormida.

·         Parasomnia no espeficada.

 

El sueño infantil. Características principales.

El sueño es necesario para recuperarse tanto física como psicológicamente. El sueño forma parte de un ciclo circadiano de 24 horas asociado al ritmo de luz-oscuridad. Por eso, un horario de sueño rutinario es muy importante para el crecimiento y el estado anímico del niño. Si no duerme, está más irritable.

Si el niño se encuentra mal, puede tener pesadillas o terrores nocturnos, que disminuyen con su desarrollo. Si el niño duerme mal, puede tener síntomas psicosomáticos, porque todo lo que afecta al sueño afecta también a la vigilia.

De bebé, la proporción de sueño MOR es mucho más grande que de adulto, porque es necesario para el desarrollo del cerebro. Sin embargo, lo que son las ensoñaciones propias no aparecerán hasta los 2 años.

La cantidad aproximada de horas que un niño debe dormir son las siguientes:

·         1 semana: 16-17 horas

·         3 meses: 15 horas

·         6 meses: 14 horas

·         18 meses: 13,5 horas

·         3 años: 12 horas

·         5 años: 11 horas

·         8 años: 10 horas

·         Hasta los 18 años: 9 horas

Si el niño tiene disomnias o parasomnias, debemos evaluar la dinámica familiar, pues los niños suelen ser los depositarios de los conflictos subyacentes de sus padres. La relación que estos hayan tenido con sus propios padres, los miedos, la posible ansiedad de separación,… puede ser transmitida a su hijo. Puede haber problemas a la hora de poner límites, miedo a la paternidad.

Cuando el niño duerme mal, pueden aparecer los siguientes síntomas:

·         Lactante: irritabilidad, falta de atención, dependencia, problemas de crecimiento.

·         Niños en edad escolar: fracaso escolar, inseguridad, timidez, somnolencia diurna, mal carácter.

·         En los padres de los niños que duermen mal: inseguridad, replanteamiento de la función parental, sentimiento de culpa, mutuas acusaciones y reproches, frustración ante la situación, reacciones agresivas, sensación de impotencia y fracaso, cansancio y falta de sueño, cambios en la vida de pareja.

Una buena calidad de sueño, afecta a todas las esferas de la vida, tanto psicológica, emocional  como física.

Tratamiento de los trastornos del sueño.

El tratamiento sería el siguiente, según las patologías:

ü  Insomnio

Lo primero es una evaluación para saber las causas y condicionantes del problema. Puede haber un conflicto intrapsíquico que se refleje a través del problema para dormir.

Se suele utilizar un grupo de pautas dentro de la  higiene de sueño, y son las siguientes:

·         Utilizar la cama sólo para dormir y para mantener relaciones sexuales.

·         Si en 30 minutos no concilia el sueño, deberá levantarse, ir a otra habitación y ver la tele, leer, escuchar música. Cuando le entre el sueño volverá a la cama, no quedarse dormido en el sofá.

·         Este último paso debe realizarse las veces que sea necesario durante la noche.

·         Levantarse cada día a la misma hora con independencia de la duración del sueño.

·         No echarse la siesta.

·         Si hay ansiedad anticipatoria (miedo a no dormir) utilizar técnicas de respiración o de relajación.

Si la higiene de sueño no funcionará, podemos utilizar otras técnicas como la intención paradójica, que consiste en intentar quedarse despierto el mayor tiempo posible.

ü  Insomnio transitorio

La causa es puntual y pasajera, y para ello el paciente puede tomar benzodiacepinas u otros hipnóticos, recetados por su médico. Deberá tenerse precaución con las personas muy mayores, para que no estén muy sedadas durante el día.

 

ü  Síndrome de fase retrasada y avanzada

La cronoterapia es la técnica de elección, y consiste en ir trasladando el ritmo sueño-vigilia hasta adaptarlo a las horas aconsejables para acostarse. El tratamiento debe realizarse de forma tranquila, aislado, alejado del ambiente familiar. Un buen lugar sería un balneario, o centros rurales.

Para el síndrome de fase retrasada, se va retrasando la hora de dormir. Para personas con síndrome de fase avanzada, se irá adelantando.

DIETA, ALCOHOL, TABACO


Pautas de alimentación más adecuadas para llevar una vida sana y equilibrada.

Las pautas son las siguientes:

·         Comer 5 veces al día. Así, no entra tanta ansiedad por comer. No deben ser comidas copiosas, sí equilibradas.

·         No pasar más de tres o cuatro horas entre comidas. Entre éstas se puede comer fruta, quesos, tortitas de arroz, un yogur,… algún alimento hipocalórico, para consumir a media mañana y media tarde.

·         Comer siempre a la misma hora es importante, porque así nos aparecerá el hambre en el momento de la comida. Los horarios de las comidas es más importante en personas con depresión y/o ansiedad.

·         El desayuno es la comida más importante del día. No olvidar comer suficientes proteínas (pan integral, pechuga de pavo, quesos,…)

·         Las cenas deben ser ligeras, porque ya o se gasta energía a posteriori.

·         Disminución del consumo de grasas en nuestra alimentación, especialmente las grasa saturadas, como las de la bollería industrial. Al reducir las grasa, nos encontramos mejor física y psicológicamente.

·         Los ácidos grasos Omega-3 ayuda a reducir los síntomas de la depresión. Se encuentra en el pescado azul.

·         Los hidratos de carbono son básicos, formando parte de la base de la pirámide alimentaria, y si puede ser los de absorción lenta (productos integrales). Alimentos con hidratos de carbono son las frutas, legumbres, pasta, arroz, etc.

·         Reducir el consumo de azúcar refinado al máximo. El azúcar refinado estropea la dentadura y puede generar mayor irritabilidad en la persona que lo consume.

·         Los ácidos grasos esenciales, presentes en los frutos secos, el aguacate, la margarina, son importantes en el desarrollo del SNC. Se encuentra en los frutos secos, el aguacate, la margarina,…

 

     El tabaco y su relación con la ansiedad y la depresión.

Hay evidencia científica sobre la relación entre la adicción al tabaco y la ansiedad y la depresión. A las personas con ansiedad y/o depresión, les cuesta más dejar de fumar, y en caso de conseguirlo, hay un mayor índice de recaída.

Las personas con depresión suelen ya padecerla cuando empiezan a fumar, manteniéndose la enfermedad durante todo el proceso de la adicción y en la recaída. El tabaco sirve como regulador de la ansiedad y el estado anímico.

Entre un 31 a un 61% de los pacientes con depresión, tienen adicción al tabaco. Cuando intentan dejar de fumar, aumenta el nivel de afecto negativo más que en las personas sanas, lo que dificulta el mantenimiento de la abstinencia del tabaco. La depresión produce apatía, irritabilidad, descuido de uno mismo,… y aumenta las conductas de riesgo, como el fumar. Se produce una autodestrucción del propio individuo.

Las personas con ansiedad fuman con más frecuencia, hasta llegar a un índice de un 50%. El tabaco sirve de regulador de la ansiedad, teniendo un efecto ansiolítico. Al intentar dejar el tabaco, los síntomas de abstinencia son más graves.

No hay que olvidar la relación del consumo de tabaco con determinadas situaciones: el cigarro con el café, fumar saliendo de fiesta,… En estos contextos, aumenta el craving (deseo por fumar).

Las personas depresivas tienen más dificultad para dejar de fumar, y las personas ansiosas llevan peor los síntomas de abstinencia, aumentando el número de recaídas.

Por tanto, el los tratamientos de deshabituación o de dejar de fumar, se debe evaluar y tratar si fuera preciso otros síntomas psicológicos, porque sino, la recaída será frecuente. Se debe abordar la relación con su familia, y su forma de afrontar las situaciones cotidianas.

 

    Efectos positivos y negativos del alcohol y opinión personal.

Los beneficios del consumo moderado del alcohol, y en particular, del vino y la cerveza, han sido demostrados en múltiples investigaciones. En 1974 Room y Day llegaron a la conclusión de que existía una relación e forma de U entre el consumo de alcohol y la mortalidad.  Los bebedores ligeros y moderados ( entre 1 y 5 copas de vino al día o su equivalente en otro tipo de alcohol) tenían mejores perspectivas de vida, mientras que los no bebedores y los grandes bebedores mostraban el riesgo más alto de mortalidad.

El consumo moderado de alcohol reduce la mortalidad en cuanto a las enfermedades cardiovasculares en general, y en particular, de la cardiopatía isquémica. Se cree que  la ingesta de alcohol provoca una elevación de las lipoproteínas de alta densidad (HDL), que produce una disminución del LDL (el colesterol nocivo).

También hay una relación entre alcohol y depresión. Los abstemios y grandes bebedores presentan más incidencia de depresión que los bebedores moderados.

Además, el alcohol sirve como instrumento de socialización. Los amigos suelen quedar para “tomar unos vinos o cortos”.

Pero los efectos negativos del consumo excesivo del alcohol pueden ser muy elevado. De los órganos más afectado es el hígado. Se acumula grasa en el hígado, provocando su engrosamiento, y sino se para el consumo de alcohol, aparece muerte de las células y hepatitis. A los 20 años de consumo excesivo de alcohol provoca cirrosis y/o cáncer de hígado.

Puede aparecer coma etílico, y el sujeto morir por insuficiencia respiratoria. Los alcohólicos tienen dos veces más probabilidades de fallecer por una insuficiencia respiratoria que aquellos que no beben alcohol.

Afecta al funcionamiento del corazón. Produce oxidación de los ácidos grasos en el miocardio y deprime, además, la capacidad del propio miocardio para contraerse lo que repercute en el funcionamiento normal del corazón.

No hay que olvidar los daños producidos en el cerebro, con la encefalopatía de Wernicke o de Korsakoff, las situaciones de malos tratos asociados al abuso de alcohol, muertes o paraplejías por conducción bajo los efectos del alcohol, síndrome de alcohol fetal en los bebés de mujeres alcohólicas, pérdida de empleo, pérdida de amistades, pérdida de familia,…. Algunas veces llegando a la mendicidad.

Mi opinión es que el consumo de alcohol debe ser tolerado por la sociedad, pero educar hacia un consumo moderado. En las personas en las que aparezca adicción al alcohol, sobre todo si hay daños orgánicos, el objetivo del tratamiento será la abstinencia total. Tener en cuenta el fenómeno de abuso de alcohol de fin de semana, importado del modelo británico. Aunque no aparezcan daños orgánicos, la borrachera hace perder el control sobre la conducta, aumentando el riesgo de no utilizar el preservativo en las relaciones sexuales (aumento de embarazos no deseados, transmisión de enfermedades de transmisión sexual como el VIH,…), aumenta las peleas, actos de vandalismo,… El objetivo será el consumo moderado de alcohol, y no salir a buscar la borrachera, sino a divertirse de forma responsable.

ENFERMEDAD TERMINAL. CUIDADORES PRINCIPALES


diferentes etapas que se puede atravesar ante el surgimiento de una enfermedad y con muerte inevitable.

En 1969, Kübler-Ross describió una serie de etapas que pueden aparecer en torno a la muerte. No tienen porqué aparecer todas, ni en un orden determinado, sino que dependerá de la personalidad y la situación de cada persona. Las etapas son las siguientes:

  • Negación
    «Me siento bien», «esto no me puede estar pasando, no a mí».
    La negación es solamente una defensa temporal para el individuo. Este sentimiento es generalmente reemplazado con una sensibilidad aumentada de las situaciones e individuos que son dejados atrás después de la muerte. No admite el diagnóstico,  busca otros diagnóticos”.
  • Ira
    «¿Por qué a mí? ¡No es justo!», «¿cómo me puede estar pasando esto a mí?».
    Una vez en la segunda etapa, el individuo reconoce que la negación no puede continuar. Debido a la ira, esta persona es difícil de ser cuidada debido a sus sentimientos de ira y envidia. Cualquier individuo que simboliza vida o energía es sujeto a ser proyectado resentimiento y envidia.
  • Negociación
    «Dios, déjame vivir al menos para ver a mis hijos graduarse», «haré cualquier cosa por un par de años más», “si salgo de esta seré bueno”.
    La tercer etapa involucra la esperanza de que el individuo puede de alguna manera posponer o retrasar la muerte. Usualmente, la negociación por una vida extendida es realizada con un poder superior a cambio de una forma de vida reformada. Psicológicamente, la persona está diciendo: «Entiendo que voy a morir, pero si solamente pudiera tener más tiempo...». Trata de pactar con su entorno y fuerzas superiores.
  • Depresión
    «Estoy tan triste, ¿por qué hacer algo?»; «voy a morir, ¿qué sentido tiene?»; «extraño a mis seres queridos, ¿por qué seguir?»
    Durante la cuarta etapa, la persona que está muriendo empieza a entender la seguridad de la muerte. Debido a esto, el individuo puede volverse silencioso, rechazar visitas y pasar mucho tiempo llorando y lamentándose. Este proceso permite a la persona moribunda desconectarse de todo sentimiento de amor y cariño.  Aparece la resignación, la tristeza y el autodesprecio.No es recomendable intentar alegrar a una persona que está en esta etapa. Es un momento importante que debe ser procesado]

·         Aceptación
«Esto tiene que pasar, no hay solución, no puedo luchar contra la realidad, debería prepararme para esto, he vivido bien, lo he hecho bien»
La etapa final llega con la paz y la comprensión de que la muerte esta acercándose. Generalmente, la persona en esta etapa quiere ser dejada sola. Además, los sentimientos y el dolor físico pueden desaparecer. El sujeto reclama la presencia de familiares y dona objetos personales. Esta etapa también ha sido descrita como el fin de la lucha
contra la muerte.[

Las personas más espirituales y/o que han entendido su propósito de la vida, tienen menos tristeza y desesperación al final de su vida.

 

     El mundo emocional del cuidador.

El cuidador principal de una persona enferma tiene múltiples emociones que difícilmente son expresadas, pudiendo producirle daño a corto, medio y largo plazo.

Los sentimientos que van a aparecer como culpa, impotencia, miedo, incertidumbre, tristeza, rabia,… son desagradables, pero necesarios para que el sujeto sobrelleve a medio y largo plazo la situación. El cuidador se enfrenta a una elaboración de duelo anticipada, y a la posible aparición de conflictos intrapsíquicos inconscientes. El terapeuta debe escuchar, y ayudarle a normalizar todas esas emociones, que son normales. Ante el cuidado de un familiar enfermo, que se va a morir, no tenemos ni debemos estar sonriendo todo el día, porque con ello no evitamos la realidad.

Vamos a hablar de las emociones que aparecen en el cuidado de un paciente terminal:

·         La tristeza ante el duelo anticipado. La tristeza es inevitable y su función es ayudar a preparar al cuidador para la pérdida y recuperación de ella. La pérdida de nuestro familiar es inevitable, y debemos aceptarla, y la tristeza nos ayudará a ello.

·         Culpa. Surge en la mayoría de las personas, y se trata de un ejercicio de empatía y en directa relación con la transgresión y el castigo. La culpa aparece sin haber hecho nada mal, y el sujeto se siente como un niño avergonzado, sin derecho a ser amado.

La culpa puede aparecer como un mecanismo de defensa ante algo que hayamos hecho mal. Pero puede volverse desadaptativa y negativa, cuando interfiere en la toma de decisiones respecto al enfermo. Hay que hacerle entender que tiene unos límites (propios y de la enfermedad del paciente), que es humano, y que lo más importante es el interés y el esfuerzo que pone de su parte para cuidar a su familiar. Si el cuidador se siente culpable, puede caer enfermo a nivel psicológico y físico.

·         Ira. No se suele manifestar expresivamente, suele haber inhibición. De esa inhibición, son frecuentes los síntomas psicosomáticos.

El cuidador puede sentirse desbordado y esto le lleva a estar irritable, colérico. La ira tiene su función adaptativa, y no hay que negarla, porque pueden aparecer enfermedades.

·         Miedo. El cuidador puede tener una diversidad de miedos: miedo a que el enfermo empeore, miedo a equivocarse con la medicación y los cuidados, miedo a no despertarse si pasa algo, miedo a lo inevitable,…

El miedo es adaptativo. Levy define el miedo como la angustia que sentimos ante la percepción de una amenaza, teniendo en cuenta que una amenaza se convierte e tal cuando no contamos con los recursos necesarios para resolver el problema. Por esto, debemos ayudar al cuidador a encontrar recursos para solucionar los problemas, y sino puede, a buscar ayuda.

·         Soledad. Los cuidadores suelen tener más sentimiento de soledad que soledad propiamente dicha. Frecuentemente, se adaptan a la vida del enfermo, y dejan su vida anterior aislándose. Esto no es bueno, porque el ser humano es un ser social y necesitamos de los otros.

 

      Aspectos importantes en la psicoterapia del cuidador.

El tratamiento será único e individualizado, y se adaptará a la situación y a la personalidad de cada cuidador.

En los cuidadores suele aparecer un conflicto consciente o no, entre lo que quieren hacer y lo que “moralmente” se sienten obligados a hacer, que será determinado por los roles y la educación que haya recibido de pequeño.

El objetivo del tratamiento es hacer ver al sujeto las emociones que vive, y que las experimente de manera adecuada y sana. Debemos hacer una historia de vida del paciente, para buscar si anteriormente ha desempeñado roles de cuidador (a sus hermanos pequeños, luego a sus hijos,…). Tener en cuenta, que aunque es muy duro y despierta emociones desagradables cuidar a una persona enferma, podemos encontrar un beneficio secundario inconsciente que le impide al cuidador, delegar y buscar ayuda. Estaríamos ante una codependencia.

Debemos incidir en los siguientes aspectos:

·         Organización, rutinas y horarios del enfermo: pautas de medicación, horarios de comida, horarios de higiene, actividad motora (deambulación, ejercicios,…)

·         Buscar un tiempo para uno mismo. Todos los días deben tener un tiempo para sí mismo, sin el enfermo. Deben intentar mantener relaciones con sus antiguos amigos, con otros familiares,… para no romper con su vida anterior, porque cuando fallezca la persona enferma, debe volver a reorganizar su vida.

·         Delegar ciertas tareas en otras personas para evitar la sobrecarga emocional y física. Este puede ser el paso más difícil, porque puede aparecer el sentimiento de culpabilidad. Si se produce sobrecarga, puede aparecer agotamiento físico, psicológico extremo y enfermar.

·         La rabia y la ira son muy frecuentes. Para canalizarlas, el ejercicio físico y la relajación le pueden ayudar. El ejercicio físico es mejor aeróbico, al aire libre y si es posible llegar a sudar.

·         El miedo es muy frecuente. La información, y la crítica ante la información recibida le ayudará a ganar seguridad en sí mismo.

·         Trabajo de la autoestima y autoconcepto. El entrenamiento en recursos personales y estrategias de afrontamiento y solución de problemas, le ayudará a ganar seguridad.

·         El autocuidado es primordial. Si él enferma, no podrá cuidar a su familiar. Por eso, es importante que cuide su alimentación, haga ejercicio, y tenga un tiempo para sí mismo, y relacionarse con otra gente.

 

ENVEJECIMIENTO Y DEMENCIAS


     Demencia tipo Alzheimer. Características generales.

Cuando el sujeto empieza a olvidarse de sus recuerdos puede aparecer una negación ante la enfermedad, ante la posibilidad de perder todos sus recuerdos, que le componen a sí mismo. La demencia es un duelo, una pérdida muy difícil de superar, y que puede remover conflictos intrapsíquicos inconscientes.

Fue el neurólogo alemán Alois Alzheimer (1864-1915), quien dio su nombre a la enfermedad.  Corría el año 1906, cuando observó cambios anormales en el tejido cerebral de una mujer, fallecida por lo que, suponían, era una enfermedad mental “extraña”. Estos cambios, hoy día, se conocen como signos característicos de la enfermedad de Alzheimer.

Se trata de una enfermedad degenerativa de las células cerebrales (neuronas), de carácter progresivo y de origen aún desconocido. Se caracteriza, principalmente, por la aparición lenta de síntomas, que van a ir evolucionando a lo largo de los años. La enfermedad de Alzheimer es un tipo de demencia y supone el 80% de las mismas.

En la fase inicial del Alzheimer, se produce pérdida de memoria y desorientación temporal y/o espacial, en la mayoría de los casos. El paciente es consciente de la enfermedad, e intenta minimizar los síntomas. Es la fase del duelo.

En una segunda etapa, el enfermo pierde fluidez en el lenguaje, tiene dificultades para vestirse y necesita ayuda constante, para realizar las actividades cotidianas. Pueden aparecer ideas delirantes o de persecución, incontinencia, deambulación.

En la fase avanzada, la incapacidad es profunda y el enfermo ya no es capaz de valerse por sí mismo. Su personalidad experimenta alteraciones irreversibles, deja de hablar, no reconoce a sus allegados y presenta incontinencia total o parcial. Asimismo, aumenta la rigidez de sus músculos (va quedando confinado, progresivamente, a una silla de ruedas y, finalmente, a la cama) y aparecen otras complicaciones -ansiedad, angustia, agresividad o depresión-. Se conserva la memoria emocional.

Las características  generales del Alzheimer son:

·         Enfermedad neurodegenerativa (de las células cerebrales -las neuronas-), de carácter progresivo, crónico y de origen desconocido.

·         De progresión lenta.

·         Comienza con problemas de memoria y termina con daño cerebral grave (cerebro con placas seniles y ovillos neurofibrilares).

·         La evolución varía, según la persona.

·         Está íntimamente ligada al envejecimiento.

·         Los pacientes con Alzheimer viven un promedio de entre 8 y 10 años, después de haber sido diagnosticados.

·         Es una enfermedad multifactorial; se compone de factores genéticos y ambientales.

      Reflexión personal sobre el envejecimiento y sus consecuencias (personales, sociales, familiares, etc)

En nuestra sociedad, envejecer tiene una connotación peyorativa negativa. La persona mayor llega a ser vista como un estorbo, que interfiere en la vida que el joven quiere llevar, sin responsabilidades ni lazos que le aten.

En otras sociedades como la japonesa, la persona de tercera edad se considera como sabia, y los jóvenes escuchan sus consejos. Hace pocas semanas, hubo un escándalo en la sociedad japonesa porque uno de sus ministros mencionó que la eutanasia podía ser válida en personas mayores con enfermedades crónicas graves. En Japón, la sociedad cuida a sus mayores con benevolencia, hasta el día que se mueren.

Sí que es cierto que a medida que nos hacemos mayores tenemos más posibilidades de enfermar, y de tener enfermedades crónicas. Mi médico de Medicina Interna me dijo: “lo que vayas cogiendo a partir de los 40 ya no se cura, sólo hay remedios paliativos”. Y hay una disminución de la agudeza de los sentidos (oído, vista), disminución de la fuerza muscular, disminución de la memoria, mayor dificultad para solucionar problemas (“me aturullo más ahora de mayor”). Sin olvidarnos de los cambios estéticos, en una sociedad donde el triunfo es sinónimo de belleza.

A medida que nos hacemos mayores, vamos perdiendo aptitudes, facultades,… Decía Neymeyer: “ A lo largo de la vida perderemos todo poco a poco, y lo último que perdemos es nuestra vida”. El envejecimiento es un proceso complicado en el que hay un gran número de duelos. El narcisismo y la pulsión son conmovidos de manera decisiva.

Nos planteamos nuestra vida, y podemos verla vacía de sentido, sin propósito, y cercana la muerte. La espiritualidad, y el haber encontrado un sentido a nuestra vida, predice una mejor adaptación a la vejez.

Pero no debemos olvidarnos de la sabiduría asociada al paso de los años. Se  considera que una persona no puede ser sabia hasta los 50 años. La sabiduría es la capacidad que se desarrolla a través del ejercicio de la mente, especialmente del uso de la inteligencia, la razón y la reflexión. La sabiduría es una capacidad que se vincula normalmente con la edad ya que se considera que una persona, mientras más anciana es, mayor caudal de experiencias, sensaciones y tiempo de vida tiene encima por lo cual su riqueza sensorial, intelectual y emotiva es mucho más grande y está mucho más desarrollado que en el caso de las personas jóvenes. Esto era especialmente entendido así en las civilizaciones antiguas como las egipcias, las griegas, las asiáticas y las precolombinas que tuvieron lugar en América.

Por tanto, el envejecimiento es una pérdida de capacidades y aptitudes, pero tiene un camino hacia una posible sabiduría. El escuchar a nuestros mayores, nos aportará conocimiento y sensatez. Este modelo debe ser tomado por la cultura occidental, y volver a valorar cómo se debe a nuestros mayores.


      Intervención psicológica con cuidadores de personas con demencia tipo Alzheimer.

La enfermedad de Alzheimer suele durar entre 8-10 años. Se aconseja la institucionalización sólo en último término.  El 80 % de las personas demenciadas son cuidadas por sus familiares. Esto lleva a un gran cansancio físico y psicológico para los principales cuidadores.

El abordaje terapéutico abarcará los siguientes puntos:

·         Psicoeducación. Es importante que el cuidador sepa qué es y cómo evoluciona la enfermedad, los recursos sanitarios existentes, el uso de fármacos. La información irá determinada dependiendo de la persona. Así, el cuidador podrá atribuir conductas de agresividad, irritabilidad, del enfermo a la enfermedad, y no a él mismo.

·         Aprendizaje de las habilidades de cuidado y autocuidado. Debemos desarrollar la empatía del cuidador para que entienda mejor al enfermo, pero tampoco en exceso, porque llevaría a identificarnos en exceso y acabar dañándonos. Le enseñaremos técnicas de cuidado del enfermo, referentes a la higiene, alimentación, cambios de posturas para evitar escaras.

Su autocuidado también es muy importante. Por eso insistiremos en que derive tareas y funciones a otras personas e instituciones. Todos los días, necesita un tiempo para sí mismo y para ocio. Debe seguir manteniendo sus relaciones sociales, y hablar de otros temas que no sea el cuidado del enfermo.

Un problema para conseguir la delegación de funciones es la codependencia. El cuidador puede obtener un fuerte beneficio secundario ayudando al cuidado de los demás, pero sino redistribuye su tiempo, puede llegar a enfermar.

·         El apoyo emocional. Tener un familiar con una demencia produce un duelo complicado, una ansiedad anticipatoria ante la pérdida. Los cuidadores necesitan un gran apoyo, ya que tienen mucha contención emocional. Inhiben sus emociones de rabia, enfado,… al atribuir la conducta del enfermo a la demencia. Pero si estos sentimientos no se canalizan de forma adecuada, el cuidador puede enfermar a nivel mental o psicosomático.

La educación emocional es básica, y consiste en reconocer los diversos sentimientos (tristeza, preocupación, culpa, impotencia, ira, soledad,…) y expresarlos y canalizarlos de forma adecuada.

La terapia de grupo tienen muchas ventajas, porque en éste el cuidador puede encontrar un lugar de apoyo y comprensión, hablando y compartiendo sus sentimientos con otras personas que se encuentran en su misma situación.