Tipos de trastornos del
sueño.
El DSM-IV divide los trastornos del
sueño en:
·
Trastornos
del sueño.
·
Trastornos
del sueño relacionados con otro trastorno mental.
A su vez, los trastornos del sueño se
dividen en dos tipos:
a. Disomnias: son trastornos del sueño con alteraciones en la cantidad,
calidad o el momento de dormir. Dentro de las disomnias hay los siguientes
cuadros:
·
Insomnio
primario: dificultad para iniciar o mantener el sueño. Sueño inferior a 6 horas
diarias, durante al menos 1 mes.
·
Hipersomnia
primaria: sueño excesivo, somnolencia diurna.
·
Narcolepsia:
enfermedad del SNC que se caracteriza por catalepsia, alucinaciones
hipnagógicas o hipnopómpicas, parálisis del sueño.
·
Trastorno
del sueño relacionado con la respiración, como la apnea de sueño. En la apnea
del sueño aparecen episodios repetitivos de obstrucción de las vías superiores,
que producen despertares frecuentes y un sueño no reparador, con somnolencia
diurna.
·
Trastorno
del ritmo circadiano. Puede ser síndrome de la fase de sueño retrasada (se
duermen muy tarde y se levantan tarde), o síndrome de la fase de sueño avanzada
(se acuestan y se levantan muy temprano).
·
Disomnia
no especificada. Hay un trastorno de sueño en la cantidad, calidad o en el
momento de dormir, pero no se puede incluir dentro de los anteriores cuadros.
b. Parasomnias: se caracterizan por la
presencia de conductas anormales asociadas al sueño. En los niños forman parte
de su desarrollo, pero si persisten en la edad adulta puede estar relacionado
con patología. Las parasomnias pueden ser:
·
Pesadillas.
Son sueños desagradables que aparecen en la 2ª mitad de la noche, durante el
sueño MOR. Sí se acuerda de la pesadilla.
·
Terrores
nocturnos. El niño se despierta gritando, sudando,… en el primer tercio de la
noche. Se debe tranquilizar al niño, sin despertarle. Posteriormente, no se
acuerda del suceso.
·
Sonambulismo.
La persona deambula estando dormida.
·
Parasomnia
no espeficada.
El sueño infantil. Características principales.
El sueño es necesario para
recuperarse tanto física como psicológicamente. El sueño forma parte de un
ciclo circadiano de 24 horas asociado al ritmo de luz-oscuridad. Por eso, un
horario de sueño rutinario es muy importante para el crecimiento y el estado anímico
del niño. Si no duerme, está más irritable.
Si el niño se encuentra mal, puede
tener pesadillas o terrores nocturnos, que disminuyen con su desarrollo. Si el
niño duerme mal, puede tener síntomas psicosomáticos, porque todo lo que afecta
al sueño afecta también a la vigilia.
De bebé, la proporción de sueño MOR
es mucho más grande que de adulto, porque es necesario para el desarrollo del
cerebro. Sin embargo, lo que son las ensoñaciones propias no aparecerán hasta
los 2 años.
La cantidad aproximada de horas que
un niño debe dormir son las siguientes:
·
1
semana: 16-17 horas
·
3
meses: 15 horas
·
6
meses: 14 horas
·
18
meses: 13,5 horas
·
3
años: 12 horas
·
5
años: 11 horas
·
8
años: 10 horas
·
Hasta
los 18 años: 9 horas
Si el niño tiene disomnias o
parasomnias, debemos evaluar la dinámica familiar, pues los niños suelen ser
los depositarios de los conflictos subyacentes de sus padres. La relación que
estos hayan tenido con sus propios padres, los miedos, la posible ansiedad de
separación,… puede ser transmitida a su hijo. Puede haber problemas a la hora
de poner límites, miedo a la paternidad.
Cuando el niño duerme mal, pueden
aparecer los siguientes síntomas:
·
Lactante:
irritabilidad, falta de atención, dependencia, problemas de crecimiento.
·
Niños
en edad escolar: fracaso escolar, inseguridad, timidez, somnolencia diurna, mal
carácter.
·
En
los padres de los niños que duermen mal: inseguridad, replanteamiento de la
función parental, sentimiento de culpa, mutuas acusaciones y reproches,
frustración ante la situación, reacciones agresivas, sensación de impotencia y
fracaso, cansancio y falta de sueño, cambios en la vida de pareja.
Una buena calidad de sueño, afecta a
todas las esferas de la vida, tanto psicológica, emocional como física.
Tratamiento de los trastornos del sueño.
El tratamiento sería el siguiente,
según las patologías:
ü Insomnio
Lo
primero es una evaluación para saber las causas y condicionantes del problema.
Puede haber un conflicto intrapsíquico que se refleje a través del problema
para dormir.
Se
suele utilizar un grupo de pautas dentro de la
higiene de sueño, y son las siguientes:
·
Utilizar
la cama sólo para dormir y para mantener relaciones sexuales.
·
Si
en 30 minutos no concilia el sueño, deberá levantarse, ir a otra habitación y
ver la tele, leer, escuchar música. Cuando le entre el sueño volverá a la cama,
no quedarse dormido en el sofá.
·
Este
último paso debe realizarse las veces que sea necesario durante la noche.
·
Levantarse
cada día a la misma hora con independencia de la duración del sueño.
·
No
echarse la siesta.
·
Si
hay ansiedad anticipatoria (miedo a no dormir) utilizar técnicas de respiración
o de relajación.
Si la higiene de sueño no funcionará,
podemos utilizar otras técnicas como la intención paradójica, que consiste en
intentar quedarse despierto el mayor tiempo posible.
ü Insomnio transitorio
La
causa es puntual y pasajera, y para ello el paciente puede tomar
benzodiacepinas u otros hipnóticos, recetados por su médico. Deberá tenerse
precaución con las personas muy mayores, para que no estén muy sedadas durante
el día.
ü Síndrome de fase retrasada y avanzada
La
cronoterapia es la técnica de elección, y consiste en ir trasladando el ritmo
sueño-vigilia hasta adaptarlo a las horas aconsejables para acostarse. El
tratamiento debe realizarse de forma tranquila, aislado, alejado del ambiente
familiar. Un buen lugar sería un balneario, o centros rurales.
Para el
síndrome de fase retrasada, se va retrasando la hora de dormir. Para personas
con síndrome de fase avanzada, se irá adelantando.
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