Características del patrón de
conducta tipo A.
El patrón de conducta tipo A está
caracterizado por esfuerzos de logro competitivo, sensación de urgencia y
reacciones hostiles fácilmente provocadas. La característica principal del
patrón de conducta tipo A es la “urgencia de tiempo”. A la persona con el patrón
de conducta tipo A le disgustan típicamente los atascos de tráfico, las colas
en los supermercados, y cualquier otra cosa que suponga una pérdida del tiempo
precioso. A nivel conductual el tipo A presenta múltiples síntomas: 1)
latencias de respuesta muy breves, 2) un habla demasiado forzada, 3) ingesta de
comida rápida, 4) una expresión facial que indica continuo esfuerzo, 5) una
mirada muy intensa y una sonrisa inhibida, 6) movimientos demasiado forzados en
la realización que exigen un mínimo esfuerzo, y 7) movimientos nerviosos de los
pies, los dedos o la mandíbula.
Los tipos A tienen más necesidad de
establecer control sobre su entorno que los tipos B. El patrón de conducta tipo
A como una serie de respuestas de afrontamiento emocionales ante la percepción
de pérdida de control.
Los tipos A muestran mayor
reactividad cardiovascular ante: 1) amenazas de pérdida de control, 2) pérdida
de la posibilidad de elección y 3) estresores ambientales. Los tipo A tienden a
evitar entregar el control a otra persona.
El tipo A depende de que sus propias
habilidades sean respuestas de afronta-miento que le permitan ejercer o
recuperar el control de los acontecimientos que se produzcan en el ambiente.
Cualquier duda sobre la habilidad personal cuestiona la posibilidad de poder
controlar los acontecimientos de la vida. Frente al sentimiento de que una
habilidad importante ha sido cuestionada, los tipos A reaccionan con toda una
serie de respuestas de enfrentamiento, conductas abiertas, reacciones
emocionales y reactancia fisiológica. El objetivo de esta reactancia cognitiva conductual,
emocional y fisiológica es solucionar la incertidumbre que tiene el tipo A
acerca de su habilidad para ejercer el control.
Los tipo A son más competitivos,
responden a los retos con mayor esfuerzo y persistencia y se marcan metas más
altas. Sin embargo sería erróneo confundir el patrón de conducta tipo A con una
orientación general hacia el logro. Los tipo A no realizan esfuerzos de logro
por el logro en sí sino por razones de control y para reducir la incertidumbre sobre
su habilidad.
El individuo tipo A necesita: 1)
tener control sobre el entorno inmediato hasta el extremo de que una pérdida de
control pueda elicitar una respuesta de afrontamiento hostil y asertivo y 2)
muestra conductas exigentes y competitivas como respuesta a los retos o
amenazas que tienen implicaciones para las posibilidades de control futuras.
Ante la amenaza de pérdida de control, los tipos A generalmente muestran un
estado motivacional caracterizado por cambios cognitivos, conductuales, emocionales
y fisio-lógicos, que les predispone a enfermedades cardiovasculares.
Hipertensión de bata blanca, ¿qué es?
El término hipertensión de bata
blanca, últimamente denominado hipertensión clínica aislada, se aplica a los
pacientes que presentan elevación de la presión arterial de forma mantenida en
el entorno o ámbito médico (presión arterial clínica) y valores normales cuando
se estima mediante Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA).
Esta entidad se diferencia del
"efecto o reacción de bata blanca" (elevación transitoria de la
presión arterial (PA) debida a la reacción de alerta ocasionada por la medición
realizada por personal sanitario) y de la "normotensión de bata blanca o
efecto bata blanca inverso" (PA clínica normal con PA medida con MAPA
elevada).
Históricamente, ya en el siglo XVIII
se conocía que el pulso de los pacientes se modificaba en presencia del médico.
La etiología de la hipertensión de
bata blanca continúa sin clarificarse. Estos individuos no presentan respuestas
cardiovasculares anormales ante estímulos presores ni se ajustan a perfiles de
personalidad determinados. Actualmente, se cree que la hipertensión de bata
blanca correspondería a una respuesta emocional específica al contexto clínico
en el que se realiza la medida, aunque faltan estudios que lo corroboren.
La hipertensión de bata blanca es
muchas veces la responsable de un incorrecto diagnóstico de hipertensión y que
tiene como consecuencia frecuentemente la medicación de pacientes que no
necesitan usar antihipertensivos. Por ello, su cardiólogo debe realizar un buen diagnóstico diferencial
mediante la Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA), y así
evitar errores.
Estas personas, podrían ser tratadas
a nivel psicológico, ya que su hipertensión es reactiva a un proceso de medida
ante una figura de autoridad, como es el enfermero o el médico. Una posible
manera de abordar el motivo de su hipertensión de bata blanca sería considerar
la importancia que haya podido tener en su vida las figuras que encarnan la
autoridad, en este caso el padre y la madre, así como indagar en los aspectos
más relacionados con temáticas de salud y enfermedad.
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