jueves, 7 de febrero de 2013

PERSONALIDAD Y TRASTORNOS CARDIOVASCULARES


      Características del patrón de conducta tipo A.

El patrón de conducta tipo A está caracterizado por esfuerzos de logro competitivo, sensación de urgencia y reacciones hostiles fácilmente provocadas. La característica principal del patrón de conducta tipo A es la “urgencia de tiempo”. A la persona con el patrón de conducta tipo A le disgustan típicamente los atascos de tráfico, las colas en los supermercados, y cualquier otra cosa que suponga una pérdida del tiempo precioso. A nivel conductual el tipo A presenta múltiples síntomas: 1) latencias de respuesta muy breves, 2) un habla demasiado forzada, 3) ingesta de comida rápida, 4) una expresión facial que indica continuo esfuerzo, 5) una mirada muy intensa y una sonrisa inhibida, 6) movimientos demasiado forzados en la realización que exigen un mínimo esfuerzo, y 7) movimientos nerviosos de los pies, los dedos o la mandíbula.  

Los tipos A tienen más necesidad de establecer control sobre su entorno que los tipos B. El patrón de conducta tipo A como una serie de respuestas de afrontamiento emocionales ante la percepción de pérdida de control.

Los tipos A muestran mayor reactividad cardiovascular ante: 1) amenazas de pérdida de control, 2) pérdida de la posibilidad de elección y 3) estresores ambientales. Los tipo A tienden a evitar entregar el control a otra persona.

El tipo A depende de que sus propias habilidades sean respuestas de afronta-miento que le permitan ejercer o recuperar el control de los acontecimientos que se produzcan en el ambiente. Cualquier duda sobre la habilidad personal cuestiona la posibilidad de poder controlar los acontecimientos de la vida. Frente al sentimiento de que una habilidad importante ha sido cuestionada, los tipos A reaccionan con toda una serie de respuestas de enfrentamiento, conductas abiertas, reacciones emocionales y reactancia fisiológica. El objetivo  de esta reactancia cognitiva conductual, emocional y fisiológica es solucionar la incertidumbre que tiene el tipo A acerca de su habilidad para ejercer el control.

Los tipo A son más competitivos, responden a los retos con mayor esfuerzo y persistencia y se marcan metas más altas. Sin embargo sería erróneo confundir el patrón de conducta tipo A con una orientación general hacia el logro. Los tipo A no realizan esfuerzos de logro por el logro en sí sino por razones de control y para reducir la incertidumbre sobre su habilidad.

El individuo tipo A necesita: 1) tener control sobre el entorno inmediato hasta el extremo de que una pérdida de control pueda elicitar una respuesta de afrontamiento hostil y asertivo y 2) muestra conductas exigentes y competitivas como respuesta a los retos o amenazas que tienen implicaciones para las posibilidades de control futuras. Ante la amenaza de pérdida de control, los tipos A generalmente muestran un estado motivacional caracterizado por cambios cognitivos, conductuales, emocionales y fisio-lógicos, que les predispone a enfermedades cardiovasculares.
 
      Hipertensión de bata blanca, ¿qué es?

El término hipertensión de bata blanca, últimamente denominado hipertensión clínica aislada, se aplica a los pacientes que presentan elevación de la presión arterial de forma mantenida en el entorno o ámbito médico (presión arterial clínica) y valores normales cuando se estima mediante Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA).

Esta entidad se diferencia del "efecto o reacción de bata blanca" (elevación transitoria de la presión arterial (PA) debida a la reacción de alerta ocasionada por la medición realizada por personal sanitario) y de la "normotensión de bata blanca o efecto bata blanca inverso" (PA clínica normal con PA medida con MAPA elevada).

Históricamente, ya en el siglo XVIII se conocía que el pulso de los pacientes se modificaba en presencia del médico.

La etiología de la hipertensión de bata blanca continúa sin clarificarse. Estos individuos no presentan respuestas cardiovasculares anormales ante estímulos presores ni se ajustan a perfiles de personalidad determinados. Actualmente, se cree que la hipertensión de bata blanca correspondería a una respuesta emocional específica al contexto clínico en el que se realiza la medida, aunque faltan estudios que lo corroboren.

La hipertensión de bata blanca es muchas veces la responsable de un incorrecto diagnóstico de hipertensión y que tiene como consecuencia frecuentemente la medicación de pacientes que no necesitan usar antihipertensivos. Por ello, su cardiólogo debe  realizar un buen diagnóstico diferencial mediante la Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA), y así evitar errores.

Estas personas, podrían ser tratadas a nivel psicológico, ya que su hipertensión es reactiva a un proceso de medida ante una figura de autoridad, como es el enfermero o el médico. Una posible manera de abordar el motivo de su hipertensión de bata blanca sería considerar la importancia que haya podido tener en su vida las figuras que encarnan la autoridad, en este caso el padre y la madre, así como indagar en los aspectos más relacionados con temáticas de salud y enfermedad.

 Estas personas suelen dar al médico una categoría de "Amo".

 

 

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