miércoles, 20 de febrero de 2013

TRASTORNOS PSICOSOMÁTICOS EN LA INFANCIA


       Características específicas de los trastornos psicosomáticos en la primera infancia.

Un número de trastornos psicosomáticos aparecen sólo en ciertos momentos del desarrollo y suponen la manifestación de conflictos vinculados a determinadas fases.

Un mismo síntoma tiene diferente significado dependiendo del momento evolutivo en que aparezca. Se debe relacionar siempre síntoma con la edad mental y biológica del niño, sus padres, su familia, la escuela,… y su momento personal respecto a su entorno.

La identificación y tratamiento de conflictos en la infancia tiene gran importancia, ya que muchos de los trastornos psicosomáticos que aparecen en la edad adulta constituyen una regresión a la infancia. Esto conlleva una resomatización de los conflictos psicológicos que ya han sido mentalizados.

Debemos descartar cualquier causa orgánica de los síntomas. Si el niño no tiene nada orgánico, entonces debemos trabajar su relación vincular con su madre y la forma de relacionarse su familia. Así, debemos abordar estos dos frentes:

·         La evaluación y tratamiento de la relación madre-hijo.

En los meses de embarazo y tras el parto se produce un estado de simbiosis entre la madre y el bebé, primero de manera física, ya que el bebé forma parte de la madre y después de manera más simbólica, de manera que ambos estén íntimamente unidos en entidades independientes y diferenciadas. Poco a poco la madre debe ir dejando espacio al bebé para separarse del todo y que sean dos personas completamente diferenciadas. Puede que la madre tenga muchas angustias en cuando a la separación de su hijo y esto le lleve a mantener ese estado de perfecta simbiosis, lo cual supone que en muchas ocasiones la madre descargue y desplace sus propias ansiedades sobre el cuerpo de su hijo, produciéndose en ese momento la somatización de éste como mecanismo defensivo. Cuando el niño empieza a mejorar, la madre puede empezar a padecer el mismo cuadro que su hijo.

La forma de comunicarse la madre con su hijo es fundamental. Debemos explorar cómo es el vínculo del niño con su padre, posibles conflictos de la pareja, deseo de ser madre, forma de llevar el embarazo y el parto,… Algunas madres no son capaces de expresar amor a sus hijos, o no saben expresarse de forma adecuada con el niño. Esta comunicación dañina, condicionará la relación de ambos en el futuro, e influirá en la formación de personalidad del pequeño. Por esto, se debe explorar, detectar y tratar en la medida de lo posible.

 

·         La dinámica familiar.

El trastorno psicosomático del niño, suele estar relacionado con la forma de interactuar de la familia, que son patrones de comportamiento y de expresión de emociones generacionales.

 

       Alteraciones alimenticias en la primera infancia.

Las alteraciones alimenticias que se producen en el segundo semestre son:

·         Mericismo

El mericismo es un vómito autoprovocado, en el cual el niño rechaza una parte importante de la alimentación suministrada, pero una porción de ella la utiliza para rumiarla. El mericismo aparece más a menudo cuando el niño está sólo.

Desde un punto de vista psicoanalítico, el mericismo es una especie de juego, en el cual el niño lleva a cabo una experiencia repetitiva de la pérdida o rechazo del objeto, en este caso la porción de comida, y su reencuentro posteriormente. Hay un desinterés grande en todo lo que le rodea, obsesionándose con la rumiación de la comida. El desinterés que muestra por su entorno, ha sido asociado al aislamiento típico de los autistas.

Este cuadro es uno de los más graves de los trastornos psicosomáticos de los lactantes, pudiendo llegar el niño a enfermar por no ingerir suficiente alimento. Muchos niños llegan a ser ingresados en el hospital.

Se suele dar en niños disminuidos psíquicos, autistas.  Si el niño no tiene ningún problema de este tipo, debemos valorar la existencia de  malos tratos en la familia, y la relación madre-hijo, que puede estar deteriorada.

·         Anorexia

La anorexia durante el segundo semestre del niño es muy común, siendo la mayoría benignas y fácilmente tratadas. A veces, surge como parte del proceso de adaptación  por el destete o una modificación del horario de los niños.

En el segundo semestre de la vida, el niño empieza a diferenciarse de la madre. Aparece un oposicionismo de no comer por parte del niño. La madre está preocupada porque el niño no aumente de peso y le obliga a comer. Cuanto más le obligue, más oposición aparece por parte del infante. Algunos autores psicoanalistas, piensan que el origen de este cuadro está en que la alimentación supone para el niño una amenaza al considerarla un resto de la madre.

No se han encontrado datos que puedan relacionar esta anorexia con la que aparece en la adolescencia.

Los trastornos de la eliminación que pueden darse en la segunda infancia y a qué pueden deberse.

Los trastornos de eliminación son dos:

·         Enuresis

 La enuresis es la pérdida de orina en niños mayores de 5 años, que se produce 2 veces a la semana durante 3 meses consecutivos.  Puede ser diurna, nocturna o mixta. Hay dos tipos de enuresis:

ü  Enuresis primaria. El niño no ha llegado nunca a controlar el esfínter. Suele haber un problema de maduración, pero el niño llegará a controlar el esfínter, aunque más tarde que los demás niños. Un 1% de los niños de 11 años se siguen haciendo pis en la cama.

ü  Enuresis secundaria. El niño controlaba ya los esfínteres, y por alguna razón se produce una regresión y se vuelve a hacer pis. Es esta enuresis la que es objeto de tratamiento por parte del psicólogo. Aunque sólo el paso del tiempo produce que el niño solo vuelva a controlar los esfínteres, es conveniente explorar el posible conflicto existente y resolverlo. Si no se soluciona,  puede haber consecuencias  en la formación de personalidad del niño.

Los estudios psicológicos sobre la enuresis lo consideran como una manera de descargar orina que sustituye a otras formas posibles como la agresividad y/o el placer erótico. La teoría más extendida es que este síntoma supone una oposición hacia los padres y una manipulación a todo el entorno familiar. Es muy común con el nacimiento de un hermano.

·         Encopresis

La encopresis es la eliminación de heces en la ropa, o en lugares que no sea el baño. Se debe dar al menos 1 episodio durante un periodo de 3 meses y la edad mental  del niño es de 4 años o superior.  Hay dos tipos de encopresis:

ü  Encopresis primaria. El niño no ha llegado nunca a controlar el esfínter. Es más frecuente en familias mal integradas en la sociedad, con poco control de impulsos y normas de disciplina. Los niños suelen ser violentos e impulsivos. El objetivo de tratamiento es establecer rutinas y horarios.

ü  Encopresis secundaria. El niño sufre una regresión, como consecuencia de una frustración (nacimiento de un nuevo hermano, alejamiento de la madre, inicio del colegio, etc.). Antes de que el niño esté preparado, se les exige controlar las heces. Debemos abordar la relación madre-hijo, y acercar al padre emocionalmente si está alejado de los niños.

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