¿En qué consiste el asma bronquial?
La definición de
asma más satisfactoria es la propuesta por el documento Global Strategy for Asthma Management and Prevention (GINA), (Scheffer,
1995), según la cual:
“El asma es un
trastorno crónico inflamatorio de las vías aéreas en el que están implicados
muchos elementos celulares, particularmente mastocitos, eosinófilos y
linfocitos T. En los individuos susceptibles, esta inflamación ocasiona
episodios de sibilancias, disnea, tirantez torácica y tos, sobre todo por la
noche y/o primeras horas de la mañana. Estos síntomas se asocian por lo general
con obstrucción generalizada y variable del flujo aéreo que, con frecuencia,
revierte espontáneamente o con el tratamiento. La inflamación también produce
un aumento de la respuesta de las vías aéreas a estímulos diversos”.
El asma tiene un
control genético importante y los estudios con gemelos atribuyen el 50% de la
enfermedad a la heredabilidad. Pero los factores medioambientales también
cumplen un papel importante: atopia (una modalidad de respuesta inmunológica
anómala), carga alergénica, factores maternos y perinatales, infecciones
respiratorias precoces, dieta, humo de tabaco y contaminación atmosférica.
La ansiedad actúa
de factor modulador en el curso del asma. Así, las puntuaciones altas en
ansiedad, constituyen un factor de riesgo de mala evolución en sujetos
asmáticos. El asma se puede relacionar con personalidades tipo fóbicas que
protegen su espacio mediante una reacción corporal de auténtico rechazo a lo
externo.
La clasificación
del asma se ha basado en el estado inmunológico del paciente (atópico o no
atópico) y en la sospecha o demostración de que diversos alérgenos inhalantes
provoquen o no los síntomas respiratorios. Se puede distinguir:
·
Asma extrínseca, cuando se puede identificar el
estímulo patogénico. Puede ser atópica o no atópica.
·
Asma intrínseca, cuando no se conoce la
patogenia. Suele ser el asma de aparición tardía y evolución crónica. Es en
este tipo de asma donde debemos detectar posibles conflictos psíquicos del
paciente.
·
Asma profesional, cuando ocurre por inhalación
de sustancias químicas en el puesto de trabajo.
La que más nos
interesa en el tratamiento psicológico sería:
·
Asma intrínseca, que se suele desarrollar por un
conflicto psicológico.
·
Asma en general que no reacciona de forma
adecuada al tratamiento médico. Probablemente la ansiedad y el afrontamiento a
las situaciones no está siendo adecuado, y por ello no se regula la enfermedad.
Asma bronquial y su relación con la
familia.
La influencia
del asma en la dinámica familiar se ha demostrado en diversos estudios. Los
trastornos de la dinámica familiar actuarían agravando los síntomas del asma.
Así, no debemos olvidar de tratar el sistema familiar en los casos de asma, ya
que el niño asmático sería el síntoma más evidente, pero el asma estaría
mantenido o agravado debido a conflictos entre otros miembros de la familia.
La familia suele
ser aglutinada, con fronteras muy débiles,
rígida, con falta de autonomía y privacidad. Suelen evitar conflictos, y
para ello no los expresan, apareciendo una conflictividad crónica reprimida.
Hay problemas a la hora de resolver los conflictos.
Los padres
suelen ser infantilizados, con poca iniciativa y/o autonomía a la hora de
organizar vacaciones o salidas familiares. Intentan evitar conflictos, a veces
con falta de límites por miedo a romper a la familia. Todo esto influye en la
relación entre hermanos, apareciendo rivalidad y resentimiento entre ellos y trastornos de conducta y
adaptación.
Se rotula al
niño asmático como enfermo e incapaz, aumentando su dependencia, falta de
autonomía y disminución de la autoestima y autoeficacia.
Un estudio de
Minuchin desde la perspectiva sistémica corrobora los anteriores datos. Este
estudio se realizó en el Departamento de Psiquiatría con la colaboración del
Centro para Alergias de pediatría y el Centro de Terapia Familiar y Relacional
de Roma.
Minuchin
consideró que las familias con niños asmáticos se caracterizaban por:
·
Aglutinamiento: escasa definición de las
fronteras generacionales e interindividuales.
·
Hiperprotección recíproca.
·
Rigidez en las reglas comunicativas en la
resistencia al cambio.
·
Falta de resolución del conflicto, tendencia a
evitar las tensiones explicitaciones de desacuerdo, respecto a las cuales el
síntoma actúa de mecanismos homeostáticos de protección y encubrimiento.
Los resultados
encontrados fueron: altos niveles de aglutinamiento, hiperprotección (sobre
todo por parte de la madre), falta de resolución de conflictos y rigidez
significativamente superiores a los del grupo de familias sin hijos enfermos de
asma.
El grado de
aglutinamiento era muy alto, lo que impedía la individualización de los
miembros de la familia, produciendo un alto grado de dependencia e infantilismo
o inmadurez emocional.
Toda la
familia se vuelca en el niño, y esto sirve para evitar y no enfrentarse a otros
conflictos encubiertos en el sistema familiar.
Surgimiento del asma bronquial desde la
corriente psicodinámica.
Las teorías
psicodinámicas han teorizado sobre la relación de la madre-niño asmático.
Algunos autores han hablado del concepto de “madre asmatógena” que sería una
madre sobreprotectora que quiere proteger al niño de cualquier situación
amenazante, pero esto sería más una reacción agresiva ante el niño, se trataría
de una formación reactiva.
Se define al
niño asmático como dependiente, sumiso, características que favorecerán la
aparición de la crisis asmática. También puede ser que las crisis asmáticas
perjudiquen la autonomía del niño, y éste busque a su madre para que le
proteja, apareciendo más inseguridad y dependencia en el pequeño.
Las relaciones
madre-niño suelen ser ambivalentes. La madre manifiesta actitudes de aceptación y rechazo y el niño se
mueve desde la autonomía a la dependencia. Así, Miller y Barruch observan que
la figura materna de los niños asmáticos era percibida como rechazante, lo que
a su vez generaba sentimientos de hostilidad en los niños que sin embargo
debían ser protegidos por ellas. Todo ello genera una gran confusión emocional,
entre la madre protectora y amorosa a la madre rechazante, junto con la
posibilidad de un abandono real. Ante esta situación, el niño puede
desencadenar crisis asmática como forma de comunicarse con su entorno, ya que
aún no es capaz de expresar su malestar de forma verbal.
Las crisis asmáticas, al igual que la mayoría
de los miedos infantiles, se suelen desarrollar con la separación del niño de
la madre, y disminuyen cuando ésta u otra figura querida aparece. El ataque de
asma se puede considerar el “llanto reprimido” del niño que necesita de su
madre y la reclama de esa manera, porque no sabe hacerlo a nivel verbal. El
niño suele ser inseguro, dependiente, y protesta ante la separación de su
madre.
La mayor tasa de
incidencia del asma es en la infancia y adolescencia, fases del desarrollo muy
importantes relacionados con la dependencia y autonomía hacia nuestros
progenitores. Los conflictos que no se resuelvan en estos momentos podrán
reaparecer más tarde de diversas formas: mediante problemas psicológicos
(ansiedad, depresión, miedos,…), o mediante somatizaciones expresando su
conflicto a través del cuerpo.
El salmeterol se usa para tratar enfermedades en las vías respiratorias, la falta de aire y las dificultades para respirar ocasionadas por el asma, la bronquitis, etc. También se usa para prevenir el las dificultades para respirar durante el ejercicio.
ResponderEliminar